Uruguay

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Back to Assignment 4: Landscape Concepts by country

Landscape Concept 1

by: Cecilia Curbelo, Beatriz Díaz, María Teresa Hampe, Alejandro Recoba

Landscape Concept 2

by: Cecilia Curbelo, Beatriz Díaz, María Teresa Hampe, Alejandro Recoba

En Uruguay, desde nuestra infancia, nos han enseñado que el relieve de nuestro país se caracteriza por su escasa altitud, con dos grandes áreas estructurales: las penillanuras y las llanuras, que le confieren un carácter suavemente ondulado, marcando de esta manera, nuestra noción de paisaje como escenario, aparentemente monótono. Nada más alejado de la realidad sin embargo, pues si bien no existen accidentes extemos como montañas, la riqueza de matices caracteriza nuestro territorio.

La noción de paisaje implica siempre la existencia de dos partes: aquella que es observada y aquella que observa y que vuelve a esa imagen algo existente con sentido.

La primera concepción “escenario” del paisaje se solapa entonces con las distintas miradas del “observador”. Así, un mismo paisaje del Río de la Plata puede tener diferentes lecturas según quien la realice:

- el pescador que en busca de su sustento y de minimizar los riesgos, es capaz de comprender íntimamente en los cambios de coloración y en el viento su compleja dinámica,

- el conductor que transita su rambla diariamente, sin casi percibirlo como un fondo omnipresente, - el individuo que estética o afectivamente goza o sufre ante el mismo,

- el artista que busca inspiración en sus luces y en sus sombras,

- el paisajista quien debe tener cabal comprensión de su esencia, limitaciones y posibilidades para luego de interpretarlo, desarrollar su labor ética y responsablemente.

Existe pues, una diferencia de apreciación que tiene que ver, con el adentro y con el afuera. El campesino (paisano) que ha construido los paisajes humanizados, que ha vivido y se ha criado en ese escenario familiar, es parte de esa tierra que le da sustento, no mira los paisajes en procura de una emoción artística. No lo impresiona el juego de las masas, el cromatismo de los planos cercanos y los telones lejanos. Su mirada es utilitaria. A fuerza de conocidos los paisajes rurales, pierden el encanto que tienen para el que viene de la gris ciudad.

La encrucijada de factores bióticos y abióticos da origen a los sistemas complejos que conceden personalidad distintiva a los paisajes rurales, urbanos, viales, industriales, recreativos, pero la naturaleza, no se expresa en paisajes; ella presenta sitios, lugares, extensiones, relieves y ecosistemas, tendiendo de horizonte a horizonte un territorio. En cambio los paisanos, los constructores de dispositivos funcionales u ornamentales, utilitarios o simbólicos, son los verdaderos hacedores del paisaje. Solo existen los paisajes humanizados. Sin el trabajo de los hombres no hay posible paisaje en la faz de la tierra. El paisaje es por lo tanto una construcción colectiva y cultural.

Según Vidart, el paisaje es entonces, un constructo humano y humanizante a un tiempo, simultáneamente una realidad sensible - el fenosistema - dotada de una trama de conexiones invisibles - el criptositema - y simbólicas - el etnosistema - cuya comprensión, atañe no solamente a quienes “miran” sino a los que de veras “ven”. Es una organización del espacio plena de sentido.